Vienen por la huella
cuatro perros en los huesos
pese a la fatiga del camino
vienen fuertes, decididos
no hay quien interrumpa la carrera
ni los buhos ni la niebla
los espinos encorvados sólo observan
en silencio, ya se acerca.
Vino una tarde oscurecida
el trampero con sus fierros
por cada diez metros una marca
y una seña, con su cebo
ya se ha criado el hombre solo
con la muerte como juego
no produce nada dentro, un grito
un aullido, buena suerte.
Cae el animal la trampa quebra el hueso
aquí no hay pelaje y nadie come perros
apura el trampero bajando la escopeta
no piensa en ninguna y revienta a la bestia.
Crimen y castigo leyeron sus hermanos
el camino rumorea un crimen ignorado
la brisa cruza el monte y por el monte vienen
los ecos de cobranza naturaleza sabia.
Páramo abajo atajan al trampero
comillos en las piernas, las fauces en el cuello
animal y hombre revuelcan en el suelo
cae enredado un cuerpo y sus fierros.
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